martes, 21 de octubre de 2008

no hay dos sin tres

Pues aquí me hallo, una vez más en Alemania. La primera fue hace dos años con destino Berlin. Mi año Erasmus. No hay nada que decir. Todo lo que tuvo que ser comentado ya se sabe y lo que no se comentó es porque era “tó-secres”. Se resumiría en viajes, kebabs (nunca mais) y cerves. La noche me confunde y ¿quién no ha tenido la gripe 4 veces en un año? Pichón, es una excusa que nunca falla!



El año pasado tocaba Stuttgart. Segundo año erasmus, comentaron algunos. Pero no, no fue así (yujuu-dijo un riñón y el hígado a la par). Tenía un contrato (de habas) que me obligaba a madrugar todos los días. Nada de salir los miércoles como me había acostumbrado (incluso algún lunes, los más surrealistas) y estaba rodeada de alemanes a todas horas. Si le añades que eran ingenieros, el grado de frikismo crece exponencialmente y entramos en territorio champions, en el cual yo era un equipo invitado y me dediqué a observar y sacar conclusiones…


Me acuerdo que al llegar allí tenía un cuadernito que empleaba de agenda y me iba apuntando alguna expresión inútil. Más tarde escribía cosas que me ocurrían y luego…se acabó el cuadernito y paséde comprarme otro porque ya me iba a convertir en uno de ellos!! Pero vamos, que las conclusiones de ese cuadernito darían para algún que otro post.


Retomando el kit de la cuestión, este año estoy de nuevo en Stuttgart con una nueva misión: la búsqueda.


El fin de esta búsqueda es encontrar un lugar al que ir todos los días a echar el café. Esto lo llevaba haciendo unos añitos en el CPS, pero parece ser que llegada una edad, hay que cambiar de cafetería. La del CPS no es que fuera la repera, porque entre el parras, que debía de servir los cafeses a los espíritus de ultramundo cuando entraba en trance, y la mujer acelerada divorciada, que se dedicaba a comentar las jugadas de sus conquistas, el servicio dejaba bastante que desear y la calidad del producto mejor no comentarla. Que levante la mano quien no haya sentido esos pinchazos con el café…Pero bueno, la compañía lo valía (aunque como este es el antiblog…peibol deja de llorar!)


Para llegar a ese fin hay que pasar por la búsqueda, que a su vez se ramifica en hijitas busqueditas y, en ocasiones, se llega hasta tercera generación de busquedititas. Vamos a dejar claro desde un principio, que el tema enchufazo no se da, y también obviaremos el puto infierno de hacer el portafolios con la carta de presentación, foto de orla (en la que parezcas una persona y no un zombi por haberte quedado dormida), las notas (te das cuenta de que son un cagarro y en su momento saltaron las lágrimas al ver un 5.0), los millones de certificados para saber decir: “I am corkiman; do u want to be my friend?” e incluso un certificado de penales para que vean que en tu país no eres una kinki fichada. A pesar de las dudas por lagunas…no lo estoy listos!! Otros como “Pablito clavo un clavito” no lo deben de tener tan claro, porque para exhibicionismo público en algunos países basta con enseñar el pecho lobo, pero claro, ahora eres un fuera de la ley y te gusta mostrar tus pechitos, algo así como la sabrina del 2008 en los países del norte.


En fin, si te sitúas con eso, ¿Qué te queda? Buscadores de empleo, paginas de empresas, anuncios que pasan amigos, ofertas en periódicos…Te los lees. Al comienzo muchas palabras y programas no los entiendes, por lo que pierdes mil horas en seleccionar las ofertas. Conforme pasa el tiempo eres la He-Man (master of the universe) De los programas sigues sin tener ni puta idea y el único que te vendría bien haber prestado un poco más atención lo odias (muerte a simulink!!! Ansys, digame?), pero ya sabes a donde enviar tu documento que con tanto amor has preparado con el que se van a limpiar el boracu du cu…


Como aquí, otra cosa no, pero cerves, salchichen y educación tienen para parar un tren, son muy amables ellos y cuando reciben tu solicitud, te hacen saber lo superfelices de la muerte que están de haber pensado en ellos para echarte sus cafeses (o aguas manchadas) y que en brevas días se pondrán en contacto con su persona. Esto lo comento porque también he repartido mis datos en España y no es tan común…(pero nosotros tenemos tortilla de patata-diría aquel)


La repanocha es cuando te contestan afirmativamente (yujuuuuuuu) por mail o por teléfono para concertar la cita, pero eso ya será otro día que mañana tengo que reanudar el bucle que acabo de explicar…